Un caso extremo y famoso de amusia es el de Ernesto "Che Guevara", quien se creía que tenía "sordera para tonos" y cada vez que se encontraba en una fiesta tenía que recurrir a sus amigos para que le dijeran qué ritmo era el que estaban tocando (se hace referencia a ello en el film "Diarios de motocicleta"). Otro caso es el del destacado compositor musical Maurice Ravel, quien presentó una afasia, agrafia, alexia y amusia progresiva; y a pesar de que su "pensamiento músical" estaba intacto, no pudo seguir escribiendo o dictando, y por lo tanto ya no pudo componer las piezas que oía dentro suyo.
Freud era incapaz de obtener placer con la música. Asistía a los conciertos y a las óperas que se realizaban en Viena a finales del siglo XIX y no llegaba a emocionarse con lo que escuchaba. Se encontraba justo en el epicentro musical de su tiempo, los mejores intérpretes y los mejores compositores querían trabajar en Viena. Y el no llegó nunca a sentir placer, pero tampoco llegó a descubrir el porqué. Imaginemos a Freud sentado en uno de los templos acústicos, el auditorio Musikvereinsaal, y observando en silencio a la gente y cuestionándose lo que para él era un simple acto social.
Oliver Sacks y la amusia
Test para saber si padeces amusia: http://www.delosis.com/listening/home.html